Procter & Gamble es la principal marca mundial de aseo, higiene y cuidado personal, pero resulta que no solamente hacen productos, sino que están salvando el agua del mundo. ¿Cómo es esto?
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Pues la verdad fue que surgió en el 2004, por un accidente. Una persona que estaba trabajando en la categoría de detergentes en el Reino Unido descubrió cómo limpiar el agua en un 99.9%. Lo que estaba haciendo en ese momento era buscar la forma de que el agua que sale de la lavadora se limpiara y se pudiera volver a utilizar para tener una eficiencia en el recurso. Ahí descubrimos que había un producto que teníamos a la mano y creamos una fábrica en Singapur donde lo producen: es un sobrecito de cuatro gramos que limpia el agua en un 99.9%. Si yo sacara agua del río Bogotá, a la media hora me la puedo tomar.
Es decir, saco un litro de agua putrefacta, llena de metales, sucia, le echo un químico...
Le echas un químico que tiene el poder de una de una planta de tratamiento. Es una planta de tratamiento en un sobre, exactamente. y hace todo lo que hace una planta de tratamiento: tú metes el agua, la revuelves durante un tiempo, luego se cuela esa agua y los residuos quedan abajo y se deja ahí un rato y después te la puedes tomar. Exactamente eso es lo que hace. Lo que pasa es que nosotros ese sobrecito se lo entregamos a la comunidad y les damos un balde, una cuchara de palo o de plástico. A mí personalmente me gusta usar un palo escoba porque todo el mundo tiene una escoba en su casa, y pues en las zonas más apartadas de Colombia necesitamos un palo cualquiera, y la gente puede usar una tela de algodón que no esté rota, obviamente, y después lo revuelven durante unos minutos en el mismo sentido y luego se cuela con este paño o trapo, y después de 20 minutos te puedes tomar el agua.
¿Y en cuánto le venden esto a la gente?
Lo que nosotros hacemos no lo vendemos, no nos lucramos de él en lo en absoluto. Nos aliamos con ONGs para para donar el producto en situaciones de emergencia principalmente y hemos estado en Mocoa, en Colombia Humanitaria, tanto en sequías como en donde se necesita agua potable. Adicional, empezamos a darnos cuenta que necesitábamos tener una solución a largo plazo, porque si yo te doy un sobre, el sobre equivale a diez litros de agua, a lo que una familia de cuatro personas debería tomar al día. Entonces es un sobre para un día de agua y no es sostenible en el tiempo. Lo que quisimos hacer es con el programa de “Agua limpia para los niños” en alianza con World Vision ya son tres proyectos, dos en La Guajira y uno en Montes de María, en donde llegamos a con los sobres purificadores mientras estamos en el proceso de la infraestructura y construimos. Hay sitios donde hemos llegado que no tienen baños, que no tienen nada hídrico, que no tienen de donde sacar agua.
La ausencia de acueducto y alcantarillado marca que no tengan otras cosas...
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Exactamente. Entonces les regalamos unos tanques de 6000 litros de agua, porque en muchos sitios llega el carro tanque con agua potable del acueducto una vez a la semana, y eso hay que guardarlo de algún lado. Así que les damos unos tanques de almacenamiento muy grandes y les damos la posibilidad de tener filtros de agua que duran entre 15 y 20 años en las comunidades, en las casas, en los colegios, en donde los niños toman agua. Y mientras construimos esa infraestructura de almacenamiento de tanques y demás, les damos el producto, el sachet.
Es una increíble apuesta de sostenibilidad de una gran empresa...
Es que te voy a decir: las enfermedades diarreicas causadas por tomar mala agua matan más niños que la malaria y el VIH juntos. Además, si tú tienes un niño enfermo del estómago, no puede ir al colegio, no se puede educar, su mamá no puede ir a trabajar porque ¿quién lo cuida? Es como un círculo vicioso que queremos volver un círculo virtuoso: ¿cómo hacemos para que esos niños puedan ir más al colegio y no se enfermen? Tenemos casos en donde hemos estado con este producto y una beneficiaria a orillas del río Tutunendo en Chocó, y ella me decía: “el agua me sale como oxidada”. Claro, el agua caía sobre la teja, ellos recogían el agua y tomaban esa agua. Los niños se la enfermaban tres veces a la semana. Con este producto se enfermaban tres veces al año y no por el tema del estómago, entonces lo que hacemos es que damos agua para las familias y damos agua en los colegios para que ellos también tengan el ciclo completo y no solo en un lado.
¿Cómo ha sido la recepción de las comunidades cuando llegan ustedes con este proyecto?
Me acuerdo que cuando llegamos conColombia Humanitaria, hace muchos años, cuando se inundó el país, la gente decía que era magia. Y mira, yo entré a Procter y lo primero que me dijeron es: este es el proyecto más importante en Ciudadanía Corporativa, y yo miraba y decía: “no puede ser”. En Montes de María fuimos a capacitar a unas madres comunitarias y yo llegué justo cuando ellos ya estaban ahí, no tuve tiempo de mirar el agua ni nada y de pronto sale el balde, montan el agua y el agua era verde. Y yo dije: ¿de dónde se esta agua? Pues de un cañecito donde vamos todos los días a una hora de acá, porque eso es lo otro: ¿quien va a recoger el agua? Las mamás. Que tienen que cocinar, que tienen que ir a una hora de acá. Y yo empecé a hacer el proceso y funciona, y los beneficiarios de verdad se sorprenden. Es magia.
¿Ustedes después supervisan qué ha pasado con estas comunidades?
Sí. En algún punto les entregábamos 15 días de producto y a los 15 días volvíamos y hacíamos investigación de: bueno, ¿qué ha pasado? Y les dábamos otros 15 días de producto, porque si yo entrego el mes completo o entrego seis meses, quién sabe dónde va a parar ese producto. Entonces, sí hacemos esa verificación, hicimos en algún momento un trabajo exhaustivo con el ICBF, con la Dirección de Infancia y la de Nutrición, porque la mayoría de personas desnutridas en el país arranca por tomar mala agua. Si tú no tomas buena agua, pues inmediatamente hay diarrea, estás desnutrido, así que buscamos la forma de que esto tenga unos KPIs y unos números que nos digan si los niños efectivamente no se están enfermando, y como te cuento, la beneficiaria de Chocó que me dijo es que ya no se enferma tres veces a la semana, sino tres veces al año, entonces es muy potente. Los niños no faltan al colegio. Y otra cosa: un niño desnutrido en el colegio no puede entender lo que le están diciendo porque su cabeza no le da, porque está deshidratado, está cansado, está con sueño. Ese tipo de cosas también pasan por no tomar agua limpia.
Mónica, usted es mamá, ¿cuál ha sido el impacto de ver a estas madres y a sus niños en estas zonas que generalmente son olvidadas por el Estado?
Yo creo que somos muy, muy privilegiados y yo creo que eso es lo que yo más les inculco a mis hijas. Para mí lo más impactante fue llegar y ver cómo hay muchos casos en donde las mamás o las familias entregan a su hijo sin bañar, sin comer y las madres comunitarias lo tienen que entregar bañado y comido. Entonces descubrimos que además estaban bañando a los niños con el producto, porque con el agua como estaba estaban desarrollando alergias y sarpullidos. Entonces eso fue lo que más me impactó, ver que este agua tiene otros usos. Eso fue como que lo que más me impactó. Y yo hoy en día saco a mis hijas y ellas dicen: yo solo tengo que abrir la llave y ya, y eso no pasa en el resto del país y eso hay que enseñarles a ellas, que eso no pasa en el resto del país.
¿Qué otros frentes de batalla tienen en P&G en Ciudadanía Corporativa?
Nosotros trabajamos mucho con United Way, que es una ONG enfocada en educación. En Colombia hay una deserción escolar muy grande y especialmente después de pandemia. Entonces trabajamos con niños de primera infancia principalmente en lo que es Cundinamarca y Antioquia, donde están nuestras operaciones más grandes, y lo que ayudamos es a que, primero, los profesores estén capacitados con proyectos específicos. Y apoyamos a las madres comunitarias. Por ejemplo, en Bosa tenemos un proyecto muy lindo que se llama Ojo de Perdiz con United Way, en donde capacitamos a las madres comunitarias en temas específicos: finanzas, todo lo que los voluntarios de P&G van y les dan charlas de algo específico, y trabajamos en primera infancia también educando higiene y salud. Usted me dirá: pero eso no es importante. No, sí es importante: lavarse las manos es importante, lavarse el pelo es importante. La gente no, no cree, pero Colombia tiene el promedio más bajo en el cual la gente se lava el pelo, y muchas veces tenemos muchas bacterias en el pelo. Lavar la ropa por qué es tan importante: en pandemia lo vimos. La gente lavaba su ropa más de lo normal. Es higiene y salud. ¿Por qué lavarse los dientes? En Colombia el promedio de cambio de cepillo de dientes es una vez al año y en muchos casos los niños en las casas comparten cepillo de dientes. Entonces estamos tratando de inculcar desde la primera infancia específicamente eso. ¿Por qué es importante lavarse los dientes, las manos, el pelo, lavar la ropa y enseñarles a estos niños que de verdad, desde higiene y salud tienen la manera no enfermarse? Eso es lo que hacemos. Adicional, Colombia tiene los índices de anemia muy altos, tal vez uno de los más altos de Latinoamérica en madres gestantes, en edad de gestación y en niños. Y aquí lo que estamos buscando es que la gente sepa qué pasa con la anemia, por qué es causada la anemia, y concientizar a que además de comer alimentos ricos en hierro vayan al médico y se verifiquen si tienen o no tienen anemia y qué pueden hacer al respecto. Esto es un poco lo que tenemos a grandes rasgos en Ciudadanía Corporativa.
¿Por qué una gran corporación como P&G hace estas apuestas?
Porque es lo correcto. Y segundo, porque nosotros sin las comunidades donde operamos, sin la gente, pues no somos absolutamente nada. Pero adicional hay que devolverle un poquito a la ciudadanía lo que también nosotros tenemos. Es lo correcto, es nuestro ADN. Nosotros cuidamos y además los nombres de las categorías son el cuidado del hogar, el cuidado del pelo, el cuidado del afeitado, cuidado de la salud y salud bucal. Yo creo que nosotros nos preocupamos por eso y llevamos nuestra ciudadanía corporativa a un siguiente nivel, pensando en cómo educamos a la gente a lograr esas cosas, higiene y salud.