Soy Mar Candela Castilla, y desde hace años he tejido con dedicación y pasión un concepto que se ha convertido en la esencia de mi activismo y mi trabajo: Feminismo Artesanal. Así, con la fuerza de ambas palabras, Feminismo Artesanal se ha posicionado como una huella digital que identifica mi voz en el vasto universo de las redes sociales y los medios de comunicación. Es una idea que he tejido puntada a puntada, nutriéndola con mis experiencias personales y mis procesos independientes del circuito académico tradicional.
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Desde el Margen: Un Feminismo para las Desaventajadas
Empecé a pensarme el feminismo, la vida cotidiana de todas aquellas que nos considerábamos mujeres del “Sin lugar”. Este feminismo se ha tejido multidimensionalmente al pasar los años, involucrando a mujeres de todos los perfiles. Enfáticamente, yo inicié pensándome el feminismo para las mujeres tan desaventajadas como lo fui al nacer y como viví desde mi infancia hasta la adultez. Antes de los 30 años fueron cosas muy complejas que hasta ahora he podido racionalizar, hasta ahora he podido aprender a intelectualizar mis emociones y entender mis pasos. Hasta ahora tenía las herramientas para escribir esa biografía con ese título, haciendo uso de la marca digital que he trabajado por más de una década, y no lo pude hacer porque alguien se me adelantó y lo hizo: una mujer, paradójicamente una mujer feminista, en teoría interseccional. No lo sé. Se supone que la Universidad Nacional es la casa del feminismo interseccional. Esto para mí es muy complejo.
La Indelicadeza Intelectual: Una Herida en el Camino
Mientras trabajaba por empoderarme y encontrar mi lugar en el mundo, iba de la mano con otras que venían de atrás y atrás de mí. Hoy puedo entrevistar a decenas de mujeres con las que he caminado en diferentes lugares del país y fuera de él, desde la virtualidad y también presencialmente. Esto es real. Por eso estoy tan afectada. Sobre todo porque no podemos seguir permitiendo una indelicadeza intelectual que muchas veces puede constituir el uso indebido de una marca, un plagio inteligente o indirecto, entre otras cosas, y que puede estar quitándole a algunas mujeres su único lugar de enunciación.
Feminismo Artesanal: Una Huella Forjada sin Respaldo
Sin respaldo de nadie, con apenas un bachillerato validado, siendo una ama de casa tratando de encontrar su propio lugar y resistiendo a las injusticias en general, comencé a pensarme el feminismo para la vida. De esas reflexiones profundas nació el término Feminismo Artesanal. Nunca lo había escuchado antes, ni lo había encontrado en redes sociales, ni lo había discutido con alguien; surgió directamente desde las vísceras de mi realidad, y hay testigos de ello. Varios medios de comunicación nacionales también han dado cuenta de esta huella, e incluso conservo algunas entrevistas internacionales antiguas que pueden atestiguar que Feminismo Artesanal se convirtió en el ADN de todas mis resistencias. Por muchos factores, nunca registré Feminismo Artesanal como marca ni como obra. Uno de ellos, hay que decirlo, fue el económico. El tema del derecho marcario es complejo y tiene costos que no todos podemos cubrir.
Un Título Compartido: ¿Coincidencia o Algo Más?
Desde agosto del año pasado, una seguidora me dio a conocer el libro publicado por la Universidad Nacional de Colombia, escrito por Vanessa Gómez Pereira, titulado “Un Feminismo Artesanal que narra la biografía de Magdalena León Gómez”. Permítanme decirles que esto es mucho más que un simple proceso o una coincidencia lingüística; toca fibras profundas de mi identidad y mi trayectoria. Ahora, al usar cualquier buscador en internet, encuentro el trabajo de Vanessa en primera medida, que es una biografía de una gran mujer que no tiene nada que ver con el proceso endógeno y exógeno del tejido de Feminismo Artesanal como concepto y como trabajo social.
La Importancia de una Huella Propia
Para entender la magnitud de esto, es crucial comprender la importancia de esa huella digital llamada Feminismo Artesanal para mí. Como lo saben todas las personas que me conocen, mi identidad, mi nombre, todo lo que soy, lo protegí desde ese lugar, desde esas dos palabras. Antes de eso, yo me sentía como paria en mi propio lugar, en mi propio país e incluso muchas veces en mi propia familia durante la infancia y la adolescencia. Esto duele, duele profundamente. Hoy tengo las herramientas para enunciarlo, para señalarlo y para trabajar por un resarcimiento intelectual que sea edificante para el desarrollo humano integral y para la construcción social.
Teorizar desde la Experiencia: La Delicadeza Intelectual en Juego
Mi intención no es hacerle sentir a Vanessa todo el dolor y frustración que yo sentí durante todos estos meses. Mi intención es poner el foco en la política de la sororidad y empezar a teorizar a partir de esta experiencia. Para mí también es una lección en la vida; tenía que pasarme esto para que yo cayera en la cuenta del daño que podemos causar por una indelicadeza intelectual, que es un concepto que he venido construyendo desde que empecé a estudiar comunicación y a darme cuenta de que la palabra es absolutamente poderosa en la construcción de identidades de marca. Teorizar es un proceso a fuego lento. Desde que hice mi investigación de grado, mi vida cambió, y desde ahí empecé a trabajar esto de la delicadeza intelectual y otros conceptos que ahora, en mi maestría, profundizo. La vida me ha puesto a compartir con ustedes estos nuevos saberes.
Una Mirada Superficial a una Trayectoria Sólida
Según una investigación superficial que realicé en internet –y que no constituye un estudio profundo ni una verificación exhaustiva– Vanessa Gómez Pereira es una antropóloga y académica colombiana con una sólida formación y experiencia en estudios de género y feminismo, incluyendo un doctorado y maestrías de prestigiosas universidades, así como experiencia docente e investigativa en diversas instituciones. La presentación de su libro es testimonio de una trayectoria intelectual y académica nada desdeñable.
Mi Voz y mi Legitimidad: Un Trabajo de Años
Mi autoridad moral e intelectual para hacer este reclamo surge de un trabajo endógeno y exógeno de más de una década con el concepto de Feminismo Artesanal. Un trabajo que nació de las vísceras de mi realidad y que ha sido el motor de mis resistencias y mi búsqueda de un lugar de enunciación genuino. Empecé este camino única y exclusivamente para tejer un lugar de enunciación genuino y propio.
El Valor del Trabajo Social y las Decisiones Éticas
Este momento es también una ocasión para invitarlas a todas y a cualquier persona que me esté leyendo a verse a sí misma a la altura de sus conocimientos, a comprender que el conocimiento es lo único que nos da poder sobre nosotros mismos. El trabajo social es trabajo y debe ser remunerado. Sin embargo, yo nunca encontré la manera de patrocinios o algo similar, y traficar con los derechos nunca estuvo en mis planes. Ese tipo de alianzas activistas al servicio de un líder político fue algo que no quise hacer. Siempre que me he juntado con alguien en el partidismo ha sido por convicción, lejos de cualquier contratación implícita. Todo este activismo lo he hecho por mis necesidades poiéticas. A partir de ahí es que trabajaba por ese deseo de transformar un poco las realidades. Estoy agradecida porque gracias al tejido de tantos años al fin pude estudiar. Soy periodista certificada, soy comunicadora y dentro de tres años seré magíster en interculturalidad y educación.
Buscando un Resarcimiento desde la Comprensión
Acepto que esto pueda ser una casualidad, aunque me cueste creerlo, pues no tengo herramientas para una disputa distinta. Sin embargo, desde el resarcimiento me ubico en el renacimiento, en la posibilidad. No me servirían unas disculpas públicas, ni muy sentidas ni impositivas por la ley. No necesito disculpas, necesito resarcimiento, y la única manera que encuentro para resarcir y calmar este dolor y esta tristeza es contándoles lo que sucedió. Si alguna se siente identificada conmigo, si a alguna le ha sucedido, sepa que hay esperanza, que somos mujeres semilla, que somos profundamente creativas y todo lo que hacemos siempre florece cuando tenemos voluntad. Yo tengo la firme voluntad de seguir siendo una feminista Artesanal putamente libre, teórica práctica, como educadora, educomunicadora interseccional y periodista para el desarrollo humano, hoy más que ayer y menos que mañana. Tengo la firme voluntad de seguir enunciando y denunciando, y sobre todo seguir tejiendo caminos de transformación.
Un Diálogo Pendiente: El Balón en Otra Cancha
Le propuse a Vanessa que nos viéramos cara a cara y pensáramos qué podíamos hacer. El balón está en su cancha. Es su espíritu creativo el que le debe dar ideas sobre resarcimiento si realmente ha comprendido el dolor que ha causado con esta indelicadeza. Yo puedo comprender que de pronto algo sucedió en la vida que no le permitió hacer un barrido de información y enterarse de este trabajo. No tengo idea por qué nadie, absolutamente nadie, le dijo esto que está sucediendo, porque no es una marca invisible, porque no soy una mujer invisible. No entiendo qué sucedió. Igual, esto también para mí es una lección de vida. Alguna vez yo tomé un juego de palabras, porque yo lo decía, es muy común decir que somos putamente felices o putamente algo, y cuando tenía 16 años y me emancipé, por decirlo de alguna manera, yo dije que era putamente libre. Cuando llegó el día de la marcha, en la gran marcha de las putas en Colombia, una mujer llevó el cartel. Yo refresqué mi corazón y me apropié de esas palabras como parte del discurso. Nunca lo hice con maldad y me parecía injusto que ella me reclamara cuando yo ese juego de palabras lo usaba desde otro lugar. Hice caso a sus reproches y hoy espero, después de todas estas lecciones, algún día verla y decirle que lamento mucho lo que ella sintió que yo se lo hice sentir, y no tenía las herramientas para entender exactamente qué era lo que reclamaba. Así es la vida, causal, y esto tiene que servir para algo más grande. Este dolor no puede ser en vano, y esto no puede repetirse. Las mujeres tenemos que aprender a ser delicadas intelectualmente, a buscar las huellas en el camino de los temas que se nos ocurran, solo para evitar causar dolor entre nosotras.
Reflexiones Finales: Tejiendo un Futuro con Conciencia
Ahora, contándoles así, como en confianza, recordaba algo bonito que decía Paulo Freire, ¿se acuerdan? Que los seres humanos somos históricos y podemos contarnos, autobiografiarnos. Y eso es lo que yo quería hacer con Feminismo Artesanal, contar mi historia como un acto político, porque como bien sabemos, ¡lo personal es político! Esto me lleva a pensar en esa pregunta tan potente de Spivak: ¿puede hablar el subalterno? Pues mi vida, mi lucha por tener voz, les dice que ¡sí se puede!, aunque el camino esté lleno de obstáculos.
Y es que, como decía Hannah Arendt, la capacidad de actuar no es solo hacer, sino ¡empezar! Y sentí que al tomar ese título, se negaba mi capacidad de comenzar, mi propio inicio. Es como si se borrara una parte de mi historia.
Sin embargo, la vida sigue, y como nos enseñó Maya Angelou, hay que hacer lo mejor que podamos con lo que sabemos, y cuando sepamos más, ¡hacerlo mejor! Hoy sé más sobre esto y siento la necesidad de compartirlo.
Mar Candela Castilla
Feminismo Artesanal: La mujer en construcción Con el Empoderamiento para Existir y Coexistir