En su informe anual de 2024, la DEA reveló que Colombia mantiene el primer lugar como origen de la cocaína incautada en Estados Unidos, superando ampliamente a Perú y Bolivia. A pesar de una leve disminución respecto al año anterior —cuando el 88 % de la droga provenía de Colombia—, el país suramericano sigue siendo el epicentro de esta cadena de tráfico internacional.
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La DEA indica que esta droga colombiana alimenta a poderosos grupos criminales mexicanos como La Nueva Familia Michoacana, el Cartel del Golfo y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes mezclan la cocaína con otras sustancias como fentanilo para potenciar sus efectos. “Los grupos narcotraficantes mexicanos obtienen cocaína desde Colombia para crear narcóticos más potentes”, advierte el informe.
A pesar de la reducción en el porcentaje de cocaína colombiana incautada, la pureza de la sustancia aumentó del 86 % al 88 % en 2024, lo que indica un producto más fuerte y riesgoso para los consumidores. Esta combinación de alta pureza con mezclas sintéticas representa un reto creciente para las autoridades estadounidenses.
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El informe también destaca que los laboratorios de la DEA han detectado un incremento en la presencia de fentanilo en otras drogas: este opioide sintético aparece en una de cada cuatro muestras de cocaína analizadas y en una de cada ocho de metanfetamina. Esta mezcla, cada vez más frecuente, ha contribuido a la crisis de sobredosis en EE. UU., aunque los CDC informaron una caída del 27 % en muertes por sobredosis en 2024.
Por otra parte, la DEA alerta sobre el uso de adulterantes como la xilacina —un sedante animal— y, más recientemente, la medetomidina, un anestésico veterinario incluso más potente. Estas sustancias están siendo utilizadas para cortar el fentanilo y otras drogas, lo que dificulta aún más la detección de los riesgos por parte de los consumidores.
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En 2024, la agencia incautó 9.950 kilos de fentanilo, un 29 % más que en 2023, con la mayoría de las incautaciones en la frontera con México. Aun así, la DEA señala que las cadenas de suministro de precursores químicos para el fentanilo, provenientes principalmente de China e India, siguen funcionando de manera estable.
Finalmente, el reporte vuelve a poner el foco sobre Colombia en un momento en el que el Gobierno intenta presentar estrategias alternativas para el control de cultivos ilícitos. A pesar de los esfuerzos de erradicación y sustitución voluntaria promovidos en el país, los grupos criminales continúan operando con fuerza, alimentando una economía ilegal que impacta de forma directa en la salud pública de Estados Unidos.