Katy Cardona, más conocida como ‘La Blanquita’ oriunda de Cali, Colombia, ha demostrado que el esfuerzo y la perseverancia pueden abrir puertas en el mundo del emprendimiento. Criada en el barrio Marroquín 2 y con una educación basada en valores religiosos, desde pequeña comprendió la importancia del trabajo honesto, ya sea ayudando en almacenes o acompañando a su padre en labores de mensajería. Consciente de las dificultades económicas que enfrentan muchos negocios emergentes, decidió usar su plataforma digital para apoyar a quienes no podían permitirse estrategias de marketing tradicionales.
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Su iniciativa nació mientras compartía reseñas de productos de belleza y restaurantes. Al notar que muchas pequeñas marcas necesitaban visibilidad, ideó paquetes de colaboración accesibles, con la intención de allanar el camino para otros emprendedores. Su estrategia no tardó en dar frutos, permitiendo que diversos negocios, desde tiendas de ropa artesanal hasta emprendimientos de comida saludable, encontraran un espacio en sus redes.
Más que simples anuncios, Katy se involucraba con cada marca para crear contenido auténtico y generar una conexión genuina con su audiencia. Con el tiempo, su impacto trascendió la publicidad, convirtiéndose en un movimiento solidario que impulsa el crecimiento de pequeños emprendedores, consolidando así su compromiso con el progreso y la comunidad.
El impacto de su trabajo ha trascendido las redes sociales, generando una comunidad solidaria en la que los mismos emprendedores se apoyan entre sí, intercambian contactos y colaboran en distintos proyectos. A pesar de que con el tiempo grandes marcas han buscado trabajar con ella, Katy ha mantenido su compromiso con los pequeños empresarios, asegurándose de que tengan un espacio en su contenido. Su visión de la publicidad no es solo comercial, sino social: cree firmemente que la promoción de un negocio no debe ser un lujo exclusivo de las grandes compañías, sino una oportunidad accesible para todos aquellos que luchan por sacar adelante sus sueños.
