En las últimas horas, la Fiscalía General de la Nación reveló que tres miembros de la Policía Nacional fueron capturados en las ciudades de Palmira, Valle del Cauca, y Pasto, Nariño. ¿La razón? Les impusieron una medida de aseguramiento privativa de la libertad debido a que los señalan por un presunto caso de abuso policial.
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“La detención de los uniformados se da luego de que un juez de circuito resolviera favorablemente el recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía General de la Nación en contra del fallo que le permitió a los procesados permanecer en libertad, a pesar de estar siendo investigados como posibles responsables de tortura, secuestro y falsedad ideológica en documento público", explicó la Fiscalía General de la Nación a través de un boletín de prensa publicado en la tarde de este lunes 12 de mayo.
De acuerdo con la información entregada por el ente investigador, los uniformados investigados por estos hechos son el subintendente William Andrés Rayo Jiménez y los patrulleros Gilmar Steven Portocarrero Mosquera y Mayra Alejandra Toledo Hurtado.
Al parecer, habrían estado involucrados en la “retención injustificada” de un hombre que no solo habría estado detenido durante 12 horas consecutivas, sino que también habría sido víctimas de múltiples agresiones físicas.
“Estos hechos ocurrieron el 3 de marzo de 2024 en el municipio de Bolívar (Valle del Cauca). Allí, presuntamente, funcionarios adscritos a la Estación de Policía de esa localidad llevaron a la víctima y una vez dentro de las instalaciones lo redujeron y en total estado de indefensión lo habrían agredido físicamente", indicó la Fiscalía.
Los policías habrían registrado información falsa sobre el caso
Otro detalle clave de la investigación adelantada por las autoridades evidencia que habrían registrado información falsa en el libro de población, clave para documentar quiénes son las personas detenidas en las estaciones de Policía y las condiciones en las que se encuentran.
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De hecho, según los registros que habían hecho, el ciudadano detenido había salido en perfectas condiciones. Pero la realidad era otra.
“Se constató que los familiares de la persona debieron trasladarla al hospital local, y de allí fue remitido a cuidados intensivos e intervenido quirúrgicamente para extraerle el bazo, afectado debido a la gravedad de las lesiones causadas”, añadió la Fiscalía.
Ahora, los uniformados tendrán que cumplir la medida aseguramiento determinada por el juez en una cárcel de la policía de Facatativá, Cundinamarca.
