La red pública hospitalaria de Bogotá enfrenta una de sus mayores presiones del año. La Secretaría Distrital de Salud declaró alerta amarilla ante el incremento crítico en la ocupación de servicios de urgencias, hospitalización pediátrica y unidades de cuidados intensivos, lo cual refleja el impacto combinado de una temporada epidemiológica difícil y la actual crisis del sistema nacional de salud.
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Durante la tercera semana de mayo, la ciudad superó los umbrales de seguridad en atención pediátrica. Según datos oficiales, la ocupación hospitalaria infantil pasó del 90 % al 94,3 %, mientras que las UCI pediátricas alcanzaron el 95,1 %, cifras que evidencian un riesgo sostenido de colapso.
“Estamos afrontando una problemática compleja de congestión en urgencias (...). Por eso, declaramos la alerta amarilla, para fortalecer la respuesta institucional y activar todos los niveles de coordinación necesarios”, explicó Gerson Bermont, secretario Distrital de Salud.
Sobrecarga por enfermedades respiratorias y falta de atención primaria
El incremento de enfermedades respiratorias, propio del primer pico estacional del año y asociado a la temporada de lluvias, ha sido una de las principales causas de la congestión. Los servicios de urgencias pediátricas operan al 350 % de su capacidad y, en general, el 75 % de las IPS reportan una sobreocupación superior al 250 %.
La Secretaría de Salud también alertó sobre los efectos del deterioro estructural del sistema nacional. La suspensión o retraso de tratamientos en pacientes crónicos, la falta de acceso a medicamentos y los largos tiempos de espera en consulta externa han hecho que más personas acudan directamente a urgencias, desbordando los servicios.
“La capital está respondiendo con solidaridad, pero eso también impacta nuestra capacidad. Reiteramos nuestro llamado al Gobierno nacional para que revise la insuficiencia de la UPC y tome decisiones de fondo”, añadió Bermont.
Medidas de contención y llamado al autocuidado
Como parte de la estrategia de mitigación, la Secretaría Distrital de Salud promueve acciones de autocuidado y prevención, entre ellas:
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- Actualización de esquemas de vacunación, especialmente contra influenza, tosferina y sarampión.
- Uso de tapabocas en caso de síntomas gripales.
- Evitar el contacto con población vulnerable si se presentan infecciones respiratorias.
- Lavado frecuente de manos y evitar aglomeraciones.
Mientras la ocupación hospitalaria se mantenga por encima del 90 %, la alerta amarilla seguirá activa. Esta solo se levantará una vez los niveles desciendan al 85 %, lo que permitirá una vigilancia constante de la capacidad instalada.
“Vamos a seguir actuando con responsabilidad y reforzando todas las medidas necesarias. Declarar la alerta amarilla nos permite activar la respuesta institucional con más fuerza y coordinación, para proteger la vida y la salud de todas y todos los bogotanos”, concluyó Bermont.
La situación actual exige no solo respuestas técnicas, sino decisiones políticas de fondo que garanticen sostenibilidad al sistema de salud y prioricen la atención integral a la ciudadanía. Bogotá, por ahora, continúa asumiendo la carga de una emergencia que trasciende sus fronteras locales.
