Barranquilla

Creciente demanda energética y desafíos climáticos ponen a prueba al sistema eléctrico del Caribe colombiano

Planta TEBSA sostiene el 50 % de la demanda en el Caribe, pero revela vulnerabilidades crítica.

Electricaribe
Foto: EFE Electricaribe

La región Caribe atraviesa una coyuntura energética crítica en medio del incremento sostenido de la demanda eléctrica, condiciones climáticas extremas y una alta dependencia de la generación térmica. Este panorama pone en evidencia la urgencia de transformar la matriz energética nacional y fortalecer la infraestructura eléctrica en una de las zonas más estratégicas del país.

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Según datos del operador del Sistema Interconectado Nacional, XM, solo en julio de 2024 la demanda de energía en Colombia alcanzó los 6.944,32 GWh, lo que representa un aumento del 1,44 % frente al mismo mes del año anterior. El sector industrial manufacturero lideró el consumo, mientras que el crecimiento acumulado del año fue del 4,11 % a nivel nacional.

Tecnologías limpias y motores duales, claves para la transición energética en Barranquilla y la región Caribe

En el Caribe colombiano, la planta TEBSA, con una capacidad instalada de 918 MW, continúa siendo un pilar clave del suministro, aportando cerca del 50 % de la demanda regional y llegando a cubrir hasta el 12 % del consumo nacional durante los meses más críticos del fenómeno de El Niño. Esta fuerte dependencia, sin embargo, expone a la región a riesgos de interrupciones ante fallas técnicas o eventos climáticos extremos, lo que impacta tanto a usuarios residenciales como a sectores comerciales e industriales.

En respuesta, el Ministerio de Minas y Energía avanza en los preparativos para la subasta de expansión energética de 2025, cuyo objetivo es asegurar capacidad firme para el periodo 2029–2030. De no adoptarse nuevas soluciones tecnológicas, expertos estiman una brecha de hasta 1.000 MW en la capacidad del sistema.

Frente a este escenario, varias compañías del sector han comenzado a proponer alternativas innovadoras que combinan tecnologías limpias, generación modular y sistemas de respaldo flexibles. Estos enfoques permitirían no solo cubrir la creciente demanda, sino también avanzar en el cumplimiento de los objetivos ambientales de Colombia.

Entre las soluciones más destacadas está la incorporación de motores duales, capaces de operar actualmente con gas natural y adaptarse en el futuro a combustibles sostenibles como el hidrógeno verde o el amoníaco. Asimismo, se contemplan sistemas de almacenamiento de energía que permitan estabilizar la intermitencia de las fuentes renovables. Estas tecnologías cobran especial relevancia para ciudades como Barranquilla, considerada un eje industrial, logístico y portuario fundamental.

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“La combinación de presión climática, crecimiento en la demanda y transformación tecnológica exige una matriz más resiliente, flexible y baja en emisiones. Colombia puede liderar esta transición energética en América Latina”, señaló Roberto Lares, experto en desarrollo energético.

Por su parte, Wärtsilä, compañía global en soluciones energéticas, ha subrayado que la transición debe ir acompañada de generación flexible, almacenamiento y motores adaptables a combustibles limpios, no solo para aumentar la generación, sino para garantizar la confiabilidad del sistema.

En conclusión, el Caribe colombiano está en una encrucijada energética que requiere decisiones estratégicas inmediatas. Apostar por una matriz energética inteligente y sostenible permitirá a Colombia avanzar hacia la seguridad energética sin sacrificar su compromiso con la neutralidad de carbono.

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