Aunque es ingeniero de profesión y lleva más de 25 años trabajando en control de calidad y logística de café —actualmente como gerente de calidad para Colombia de una de las comercializadoras más importantes del mundo—, Andrés Jaramillo ha dedicado gran parte de su vida a explorar algo más profundo: el alma humana. Sin ser psicólogo, ha estudiado a fondo el comportamiento, las emociones y los procesos mentales, construyendo un lenguaje propio que hoy comparte con miles de personas a través de sus conferencias y libros.
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Tras el éxito de Las claves de la felicidad y Cómo conquisté el Everest sin escalarlo —su obra más vendida—, Jaramillo regresa con La belleza de la tristeza, un libro que se sumerge en uno de los temas más evitados pero necesarios: el dolor emocional. A través de la historia de un encuentro entre dos personas marcadas por la pérdida, el autor reflexiona sobre cómo el sufrimiento puede convertirse en maestro y la vulnerabilidad en punto de partida para una vida con propósito. En esta entrevista, comparte las claves que ha descubierto en su camino personal, los momentos que cambiaron su visión de la vida y por qué la gratitud es su herramienta más poderosa.
—¿En qué momento decidiste que querías hablarle a las personas desde tu experiencia emocional?
Todo nació hace seis años, cuando mis mellizos recién habían nacido. Mi hija Alicia llegó al mundo con menos de dos kilos y tuvo que permanecer en cuidados intensivos. Durante esos cuatro días, en medio de la incertidumbre y las conversaciones con Dios, entendí lo valioso que era agradecer por mi vida, por los momentos felices y por todo lo que había vivido.Ese fue mi “tipping point”, como lo llamo en mis libros: un momento de quiebre en el que comprendí que debía compartir este mensaje con el mundo. Empecé con conferencias en Pereira, y hoy estas charlas se han expandido a todo el país y a otros países.
—¿Cómo pasas de las conferencias a convertirte en escritor?
La gente empezó a buscarme, a contarme sus historias de dolor, depresión o falta de propósito. Primero di consultas presenciales, luego virtuales, hasta que no tuve más tiempo. Fue entonces cuando decidí escribir Las claves de la felicidad, para que mi mensaje llegara a más personas. Ese libro abrió el camino a La belleza de la tristeza, donde enseño que los momentos que no nos gustan no son “malos”, sino oportunidades para crecer.
—¿Por qué escribir sobre la tristeza, un sentimiento que solemos evitar?
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Porque la tristeza es inevitable, y negarla es dañino. Siempre les digo a mis hijos que está bien llorar, sentir frustración o enojo. De hecho, el 80% de los grandes cambios en nuestra vida nacen de un momento de tristeza. Japón lo llama “momentos Kencho”: experiencias difíciles que nos impulsan a evolucionar. En vez de preguntarnos “¿por qué me pasa esto?”, deberíamos preguntarnos “¿para qué me pasa esto?”.
—Hablas mucho de gratitud como herramienta de vida. ¿Por qué es tan importante?
El agradecimiento es la clave número uno de la felicidad. Agradecer lo bueno y lo malo, lo mucho y lo poco, es lo que nos enseña a vivir con plenitud. La infelicidad surge cuando solo vemos la distancia entre lo que tenemos y lo que queremos. Agradecer nos permite avanzar “pasito a pasito”, sin obsesionarnos con la meta final, disfrutando el proceso.
—¿Qué rol tiene la vulnerabilidad en este camino?
La vulnerabilidad nos recuerda que somos humanos. No existe la vida 100% feliz, y está bien sentirnos mal a veces. Lo importante es estar preparados para esos momentos, aprender de ellos y apoyarnos en otros. En países desarrollados es común ir a terapia o tener un coach; en Colombia todavía nos cuesta pedir ayuda. Hablar de nuestras emociones no es debilidad, es valentía.
—¿Qué experiencias pueden encontrar quienes asisten a tus conferencias?
Mis conferencias, como “La fórmula de la felicidad”, están diseñadas para tocar el corazón. Uso historias reales, videos, música y dinámicas que nos invitan a recordar quiénes nos han marcado y por qué debemos agradecerles. Lloramos, reímos, y al final todos entendemos que la vida, con sus altos y bajos, es un regalo.
—¿Qué sigue para ti como escritor?
Después de La belleza de la tristeza, estoy trabajando en un libro sobre el amor y las relaciones de pareja. Me inspiran las historias de quienes, pese a tenerlo todo, no encuentran la felicidad porque buscan en el “tener” y no en el “ser”. Mis próximos libros seguirán explorando emociones universales, porque creo firmemente que la felicidad está en vivir con propósito.